Con una fiesta descomunal en Venecia, Jeff Bezos y Lauren Sánchez celebraron su boda en un derroche de lujo estimado en US$50 millones.
Hubo shows privados de Lady Gaga y Elton John, 80.000 rosas importadas, acceso exclusivo en taxis acuáticos y medidas de seguridad propias de una cumbre internacional.
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Sin embargo, lo que sorprendió por su sencillez fue el menú: entre pétalos de flores, lámparas de cristal y copas de Dom Pérignon, se sirvieron pizzas napolitanas, pastas caseras y postres tradicionales.

Los detalles del menú de la boda de Jeff Bezos y Lauren Sánchez
Mientras los invitados —una lista VIP que incluyó a Oprah, Kim Kardashian, Tom Brady y la familia Trump, entre otras celebridades— disfrutaban de vinos que superaban los US$20.000 por botella, los platos principales contaban otra historia.
Como entrada se sirvieron pizzas napolitanas hechas por un chef estrella, flores de calabacín fritas y pulpo. El plato fuerte fue un tributo a la cocina italiana más sencilla: pastas hechas a mano y risottos, preparados con técnicas tradicionales.
Los postres combinaron lo clásico con lo sofisticado: dulces típicos de Nápoles y elaboraciones de Rosa Salva —una de las pastelerías más emblemáticas de Venecia—, además de creaciones del reconocido chef pastelero Cédric Grolet.
En contraste con la simpleza de los platos, las bebidas estuvieron a la altura del patrimonio del fundador de Amazon.
Se calcula que solo en bebidas alcohólicas se invirtieron más de US$2 millones. Se sirvieron Bellinis directamente desde el mítico Harry’s Bar y etiquetas exclusivas como Petrus 1964, Barolo 1969 y Dom Pérignon 1961.
Flores de US$1,6 millones y una torta minimalista
La decoración floral fue uno de los elementos más costosos: solo en rosas —de seis colores distintos— se invirtieron US$1,6 millones. Los centros de mesa estaban repletos de flores silvestres y limones, en un guiño a la estética mediterránea.
En contraste, la torta fue casi austera: una pieza rectangular, blanca, sin adornos ni estridencias.
Por otro lado, Jeff Bezos y Lauren Sánchez decidieron prescindir de los regalos tradicionales de boda. En su lugar, invitaron a sus asistentes a realizar donaciones a tres organizaciones venecianas: UNESCO Venice, CORILA (Consorcio para la Coordinación de la Investigación del Sistema de la Laguna de Venecia) y la Venice International University.

Como souvenir del evento, cada invitado recibió una goodie bag (también llamada gift bag o bolsita de regalo). Se trata de una selección curada de objetos especiales, que funciona como agradecimiento por haber asistido y, al mismo tiempo, como una muestra del estilo del anfitrión.
En este caso, las goodie bags estaban cuidadosamente diseñadas para reflejar la identidad veneciana y el espíritu artesanal de la región. Incluían:
- Dulces artesanales venecianos, como zaletti: unas galletitas tradicionales elaboradas con harina de maíz, manteca y pasas, típicas de la repostería local.
- Piezas de vidrio de Murano. Cada objeto, único y hecho a mano, representaba el saber hacer de generaciones de maestros vidrieros.
- Objetos creados por artesanos locales, que iban desde cosméticos naturales de autor hasta imanes de cerámica pintados a mano o pequeños accesorios en seda.