En medio de la pesadilla contemporánea que hunde la cultura bajo el peso de la corrección política, División Palermo, la serie de Santiago Korovsky, es una refrescante comedia que se da el lujo -inusual en estos tiempos- de burlarse de todo, especialmente de las leyes de la inclusión. El hecho de que la División se ubique en Palermo no es un detalle menor.
El joven Felipe (Santiago Korovsky) es abandonado por su novia y despedido de la empresa de su padre, quienes lo acusan de cierta falta de entusiasmo por la vida. Por no decir tedio, pereza o cobardía. Decidido a cambiar y en busca de un destino, Felipe Rosenfeld (nadie dirá nunca su apellido correctamente) se incorpora por error a una Guardia Urbana que la policía está formando para mejorar la imagen, muy dañada, de las fuerzas de seguridad.
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La idea redentora consiste en poner el énfasis en “la inclusión” y por lo tanto en el grupo hay, para decirlo brutalmente, un ciego, un viejo, un enano, un boliviano, una chica trans, una joven en silla de ruedas y un director al que le falta un brazo. La incorporación de Felipe presenta un problema puesto que carece de cualquier incapacidad (o capacidad diferente) pero el problema se resuelve por su condición de judío: al fin y al cabo es una minoría.
Antes de tener la menor experiencia de nada, la Guardia cuenta con un vistoso uniforme y una lista de tontas asignaciones, lo cual representa también una burla a la manera de operar de los organismos gubernamentales, la burocracia y la frivolidad. A diferencia de muchas comedias argentinas, que subrayan los chistes para que el público nunca se olvide de reírse, División Palermo corre a toda velocidad y deja que el espectador la alcance.
Para lograr esto Korovsky formó un equipo completo de guionistas (Ignacio Sánchez Mestre, Florencia Percia, Martín Garabal, Mariana Wainstein, Ignacio Gaggero y Martina López Robol) quienes se animaron a lo que hoy parecía imposible: reírse del pudor social respecto de las discapacidades o condiciones físicas innombrables. “¿Qué te pasó?”, le pregunta alguien a Pilar Gamboa, la chica en la silla de ruedas. “Un día me cansé y me senté”, contesta ella.
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El elenco se completa con Daniel Hendler (el hombre sin brazo), Rafael Spregelburd, Charo López, Carlos Belloso, Marcelo Subiotto y algunas figuras que aparecen sin créditos, como Mike Amigorena. La historia en sí no se reduce a la broma central -burlarse de todo- sino que construye una trama y resuelve un final. Son ocho episodios de media hora que pueden verse en Netflix. Una fiesta.
