Decir que el mundo que habitamos es una simulación no es un arrojo especialmente novedoso. La idea ha circulado en los sueños más alocados y, especialmente, en los argumentos de la ciencia ficción, tanto en la literatura como en las pantallas. A su modo, Matrix es el paradigma de esa visión. Ahora, un investigador lleva tal hipótesis al terreno académico y la postula como una posibilidad que trasciende a la imaginación.
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Según Melvin Vopson, físico de la Universidad de Portsmouth, en Inglaterra, el universo es una simulación de computadora y la gravedad de nuestro planeta es una muestra de ello.
¿Vivimos en una simulación?
“Demostramos que la atracción gravitacional se manifiesta como un requisito para reducir la entropía de la información de los objetos materiales en el espacio. Este es otro ejemplo de compresión de datos y optimización computacional en nuestro universo, lo que respalda la posibilidad de que sea simulado o computacional”, señala el equipo dirigido por Vopson en un artículo recientemente publicado en la revista AIP Advances.

En criollo, el físico de la universidad británica sostiene que, con su fuerza de atracción, la gravedad ordena la dispersión del universo con el objetivo de conseguir un buen uso de los recursos, parecido a cómo trabajan los dispositivos informáticos. “Las computadoras intentan ahorrar espacio y funcionar con mayor eficiencia; el universo estaría haciendo lo mismo”, observa el investigador.
Dicho esto, se comprende que un planeta Tierra sin gravedad resultaría más caótico, con sus elementos en dispersión. Si detrás de nosotros realmente operase una simulación por computadora, precisaría más recursos y potencia. Ergo, la fuerza gravitacional sería, según Vopson, una especie de software diseñado para que todo esto funcione un poco mejor que un entorno más volátil.
El mundo, una simulación de computadora: la idea es puramente especulativa
Siguiendo el repaso de Wired, la propuesta de Vopson es, por el momento, pura especulación y no hay pruebas científicas que la respalden. En rigor, el título de su paper es interrogativo: ¿Es la gravedad evidencia de un mundo computacional?
Para respaldar su idea, el investigador postula lo que denomina la “Segunda Ley de la Infodinámica”. En términos resumidos, establece que los estados en un sistema tienden más al equilibrio que a la dispersión. En ese marco, en una infraestructura computacional que sostendría al universo, la gravedad serviría para que los objetos más desordenados y volátiles sean más grandes y fáciles de procesar.
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“Es una nueva forma de entender a la gravedad”, nota el especialista. “No solo como una atracción, sino como algo que ocurre mientras el universo intenta mantenerse organizado”, agrega.
La hipótesis de Vopson se apoya en la idea de que la información tiene masa
Huelga decir que en el mencionado trabajo no se asegura tajantemente que el universo sea una simulación. En cambio, se propone una hipótesis postulando el rol clave de la gravedad para imaginar esa posibilidad. “Las investigaciones futuras deberían centrarse en perfeccionar este marco, explorar su aplicabilidad en contextos gravitacionales relativistas y cuánticos, e investigar posibles validaciones experimentales”, se indica en el estudio.

Los postulados de Vopson resultan atractivos, especialmente para las mentes más curiosas que entrevén realidades diferentes a las evidentes. Decir que el universo corre como si fuese un gran sistema operativo —si así fuera, ¿alguien podrá desenchufarnos, como en Matrix?— es una idea que se apoya, además, en el principio de que la información tiene masa.
Al respecto, Vopson sostiene que los datos son almacenados en las partículas, con propiedades y coordenadas propias, como si se tratase de píxeles en un videojuego. Así, cada unidad puede unirse a otra para crear estructuras más grandes. “El proceso es idéntico a cómo se diseñaría un videogame, una aplicación de realidad virtual u otra simulación avanzada”, cierra el investigador.
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Siguiendo a la publicación Futurism, las afirmaciones extraordinarias requieren evidencia extraordinaria, especialmente cuando se trata de poner la realidad patas arriba. Eso es lo que precisará esta idea de Vopson.